top of page

La lotería de Loreto

La Semana Santa son momentos. Todos y cada uno de ellos personales e intransferibles que de una manera u otra hacen que una sola semana se viva de forma tan diferente como ojos la observan desde el anonimato. Con el paso del tiempo estos momentos se convierten en chascarrillos, historias o recuerdos que se repiten una y otra vez en conversaciones cofrades interminables. Cada año tiene su momento especial, diferente o simplemente inesperado y este fue el momento de mi primer viernes santo en Sevilla.

Tras el cansancio de un viernes santo glorioso, me dispuse a volver desde la plaza del Triunfo hasta la zona del Salvador para descansar. Iba acompañado de mis padres y en aquellos tiempos no conocíamos el callejero sevillano como hoy en día, por lo que hicimos el amago de atajar por las callejuelas y, como es normal, “perdimos el rumbo”. Buscábamos algo que nos orientara, el más mínimo detalle para poder situarnos y saber que el destino estaba cerca. Pero el detalle marcó otro destino…que tardó 6 años en llegar.

Perdidos en una bocacalle por calle Francos, el silencio que la inundaba me impresionó. De lejos, un cortejo de cera alta y ruán iba desfilando a un ritmo pausado pero constante. El cansancio desapareció y me acerqué a ver lo que allí pasaba. Al minuto pasaron los ciriales y no conseguía saber cual era esa Hermandad que había llamado mi atención. De repente, se asomó una imponente manigueta y todo el esplendor de Nuestro Padre Jesús de las Tres Caídas se grabó en mi retina. Una vez pasó, mis padres me hicieron un gesto de que era hora de volver a casa y en mi cabeza solo rondaba una cosa, ¿qué Hermandad era aquella y por qué me había marcado tanto?

Con el tiempo, di con aquella Hermandad y se cerró el círculo cuando vi la advocación de su titular mariana: Loreto, patrona de Aviación. En aquellos tiempos, la idea de ser piloto del ejército español era mi primer objetivo (cosa que con el tiempo se truncó, pero que me ayudo a encontrar lo que realmente me gustaba) y mi admiración por esta Hermandad creció aún más.

Con el paso de los años ese sentimiento crecía y crecía, hasta que el destino me puso en Sevilla. Era mi primer año, y cuando se acercaba la Navidad mi madre me mandó el encargo de comprar la lotería de esta Hermandad. Me acerqué a su casa de Hermandad y me quedé asombrado, ya no por su patrimonio, sino por su trato. Tras comprar los billetes de la lotería pedí la hoja de hermano casi sin pensarlo, la cual rellené nada más llegar a mi casa con la ilusión con la que un niño escribe la carta a los Reyes Magos.

Hace un año ya desde que juré como hermano de la Antigua e Ilustre Hermandad del Santísimo Sacramento y Pontificia y Real Archicofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de las Tres Caídas, Nuestra Señora de Loreto y Señor San Isidoro. Un año en el que he pasado de ser un completo desconocido a ser uno más gracias a la gente tan grande que he tenido el honor de conocer.

Pd: Al final el sorteo no tocó…pero bendita sea aquella lotería de Loreto.

Entradas destacadas
Entradas recientes
Archivo
Buscar por tags
Virgen del Valle (Gómez Zarzuela) - Tino van der Sman
00:0000:00
bottom of page